No hay mejor descripción que la que él mismo hizo para WITL:
Desde pequeño quería ser bombero y corría carreras de ultra distancia con 21- 22 años, e incluso quedé segundo en mi categoría en mi primer Ironman, pero mi historia no es una historia normal.
Pese a la frescura de mi juventud, la vida me ha puesto al límite en diferentes ocasiones. Con tan solo 23 años, tras haber sufrido un accidente doméstico, me quemé el 63% de la superficie corporal. El mismo día del ingreso hospitalario, el médico le comunicó a mis padres que tenía tan solo un 10% de posibilidades de sobrevivir. Estuve en coma 10 días y pasé 104 días más en el hospital Virgen del Rocío, en aislamiento, donde entré en parada cardiorrespiratoria en dos ocasiones y sufrí 14 operaciones.
No sé si algún día seré bombero, que es mi sueño, pero hoy me siento más vivo que nunca, ya que la vida se me presenta como un precioso regalo de superación, donde los límites los pone uno mismo.
Desde que salí del hospital, dedico toda mi energía a superar mis limitaciones, enfrentándome a retos deportivos de grandes distancias.